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Suboficial Dimas, un bombero aeronáutico por vocación.

La vida del militar no es fácil, y aún más para un militar que ejerce como bombero aeronáutico; este es el caso del Técnico Cuarto Miguel Dimas, Oriundo del municipio de Girardot quien decidió incorporarse como suboficial; llevando su pasión hasta las rampas de las Unidades Aéreas con el fin de enfrentar las llamas para salvar la vida de las tripulaciones y personal civil de manera valiente y heroica.

La vocación de servicio inició desde muy pequeño, cuando pasaba por la estación de bomberos de su barrio viendo y escuchando las sirenas; varias personas en medio de la adrenalina corriendo hacia el carro de bomberos, “era inevitable fascinarme y sorprenderme por todo lo que en tampoco tiempo reaccionaban para salvar vidas”. Aunque su vocación iba más allá, porque las aeronaves eran su otra pasión, pero ¿Cómo combinar el gusto por la aviación y por ser bombero?

Es así como Miguel, con 19 años de edad decide ingresar a la Escuela de Suboficiales, “Capitán Andrés M. Díaz”, cumpliendo su sueño de trabajar en las rampas de las unidades aéreas, con varias expectativas, propósitos y metas por cumplir en beneficio de su familia y su país; seis meses después, ascendió al grado de aerotécnico, donde fue asignado al Comando Aéreo de Transporte Militar -CATAM- ; en esta base comenzaría afrontar todos los retos y experiencias que vendrían con su profesión.

Después de tres meses, la Fuerza Aérea Colombiana le dio la oportunidad de capacitarse como bombero aeronáutico, aprendiendo procedimientos y formas de reaccionar ante una situación de emergencia en las aeronaves o en las instalaciones de la zona operativa, tareas de extinción de incendios, clases de fuego, tiempos de reacción, entre otros; lo que implicaría entonces un ambiente crítico y de mucha responsabilidad en el que su función es imprescindible y que requiere una actuación inmediata y eficiente.

“Inicié mi carrera militar como bombero aeronáutico, mi primera experiencia fue algo admirable al utilizar el equipo de bombero, pesaba demasiado, los nervios me invadían porque sería la primera vez que tendría correr con un traje que pesaba hasta 13 kilos, pero definitivamente era lo que quería para mi vida”.

Dimas, fue trasladado después de dos años para el Grupo Aéreo del Amazonas- GAAMA-, un poco lejos de su familia; sintiendo diferentes emociones, decide continuar sirviéndole a su país desde Leticia, desempeñándose como Jefe de la Estación de Bomberos teniendo bajo su mando 14 soldados y un civil; además, tuvo la oportunidad de ser Jefe del Departamento de Seguridad Operacional, aprendiendo en este cargo diferentes procesos para la seguridad operacional, seguridad en las plataformas y pistas.

3 años después, Miguel fue trasladado para el Comando Aéreo de Combate No.4,-CACOM4- iniciando una nueva etapa con regocijo en su corazón al saber que iba a servirle a su país, pero a la vez tendría cerca a su familia, fue una motivación más para continuar con este camino de entrega, compromiso y mucha responsabilidad; allí, se desempeñó como Técnico Coordinador de

Capacitación y Entrenamiento, teniendo la gran responsabilidad de transmitir sus conocimientos a los soldados en las diferentes asignaturas que integran el curso básico de bomberos aeronáuticos.

Miguel, sirve al país las 24 horas en una especialidad que es indispensable para la Institución y como él dice: “sin los bomberos aeronáuticos no hay operaciones aéreas, somos muy importantes para reducir costos de operación y asegurar a la tripulación; por eso mi responsabilidad es seguir adelante y nunca parar”.

Dimas se entrena a diario, realiza ejercicios y actividades para tener las condiciones físicas necesarias. Dentro de sus tareas cotidianas comprueba el estado de los vehículos de salvamento, revisando los motores, inspecciona el equipo individual básico (casco, uniforme, guantes y botas) y los demás aparatos para estar listos en caso de una reacción; además, entrena a los soldados para actuar en casos de emergencia.

En su rostro refleja la entrega que brinda por la profesión que eligió desde que tenía tan sólo 19 años, entregando su vida al servicio de los demás, sintiéndose orgulloso de su equipo de trabajo, porque “nada se logra individualmente en el mundo de los bomberos aeronáuticos, todos dependemos de todos”.

“Mi vocación de ser bombero se lleva en la sangre, no podría realizar esta labor si no tuviera el coraje y la convicción de servir por encima de mi vida, y estoy dispuesto a arriesgarla con tal de garantizar el bienestar de las tripulaciones y personal civil que requiera de mi trabajo.”

Dimas un bombero con un corazón de oro y un don de líder, continuará arriesgando su vida por salvar la de los demás.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM 4

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