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Esfuerzo, compromiso y dedicación: Subrigadier de Régimen Interno

Ser Alférez en la Escuela Militar de Aviación, es una recompensa por los logros y capacidades adquiridas, en el campo militar, aéreo, académico, deportivo y del ser humano. Además, los alféreces con sus buenas acciones, son una inspiración para los cadetes que se preparan día a día, para ser oficiales íntegros de la Fuerza Aérea Colombiana.

Ejemplo de ello, es el Alférez Cárdenas Montoya Nicolás Fernando, integrante del curso de oficiales No. 93, quien, en la actualidad, ostenta el título de Subrigadier, en reconocimiento a su esfuerzo y perseverancia reflejados en sus excelentes habilidades académicas y por supuesto, militares.

- “Soy el Alférez Cárdenas Montoya Nicolás Fernando, tengo 23 años de edad y soy Brigadier de Régimen interno del escuadrón Gavilán en la Escuela Militar de Aviación. Mi sueño inicia desde que tengo memoria, mi amado padre es Oficial de la reserva activa del glorioso Ejército Nacional. Desde muy pequeño vi su pasión y entrega por su trabajo, esa vocación de servicio que me hacían llenar de orgullo y que forjaron mi amor por el Pabellón Nacional.

Recuerdo muy bien la nostalgia que me producía verlo partir a trabajar, sin embargo, sabía que tenía que ser muy fuerte puesto que, junto con mi hermano y mi madre, éramos su motivación para regresar a casa. No podíamos ser inferiores al reto, y siempre lo despedía usando el camuflado verde, portando el apellido Cárdenas en mi pecho, prometiéndole que yo iba a cuidar de la familia mientras él no estaba. Hoy, años después los papeles cambiaron y es mi padre el que me despide y me pide que vuelva sano y salvo, consciente de aquel juramento que juntos hicimos por nuestro país.

Un 11 de enero de 2017, empaque mis sueños en una maleta y me embarque en avión Boeing 737 con destino Cali, lugar donde viviría los próximos cuatro años. Esa mañana fría en la ciudad de Bogotá me despedí de mi familia y sin saberlo, meses después, me daría cuenta que estaba dejando mi hogar; mi familia siempre iba a estar presente para apoyarme, pero mi lugar en el mundo ya no era ahí. Ese último abrazo con mi amada madre fue también un pacto conmigo mismo para no volver con las manos vacías, tenía en mi cabeza la sed de éxito, de dejar ese apellido en alto como mi padre lo había hecho. Es una presión adicional que me impulsa diariamente a ser mejor, porque el portar un camuflado, es llevar el honor de muchas generaciones que han ofrendado hasta sus vidas si ha sido necesario.

El primer año en la Escuela fue el más duro para mí, fue allí cuando aprendí a valorar realmente a mi familia, las cosas pequeñas, a saber, que en los detalles esta la victoria y que la actitud es la clave para vencer. Vencer esos miedos que todos tenemos pero que algún día enfrentaremos para darnos cuenta que todo lo que hemos vivido, ha valido la pena. En ese primer año por mis condiciones militares tuve la oportunidad de volar un poderoso Jet Bimotor, el T37 Tweet, y experimentar las maravillas de estar a miles de pies observando la inmensidad de Colombia.

Continúe trabajando fuertemente en la Escuela, destacándome militar, académica, deportivamente y manejando una lengua extranjera, el inglés. Por estos méritos y un proceso de selección, fui escogido para hacer parte de un intercambio con la academia militar de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, USAFA.

Esta experiencia de aproximadamente seis meses, me permitió conocer personas de todas partes del mundo y capacitarme de la mejor manera efectuando el curso de paracaidismo de caída libre “490” y el German Armed Forces Badge for Military Proficiency categoría oro.

Por otra parte, en la Escuela terminé mi especialidad de vuelo. Como cadete de tercer año volé el mejor avión entrenador del mundo el Cessna T41 Mescalero, con aproximadamente 35 horas de vuelo me gradué como piloto primario y obtuve mi paso al curso de piloto básico en la aeronave T27 Tucano, del Escuadrón de Combate 212 donde como Alférez de la república, finalicé el curso obteniendo el título de piloto militar, alcanzando otro sueño.

Finalmente fui escogido como Brigadier de Régimen Interno del Escuadrón Gavilán, debido a que en mis años de cadete me destaqué por mi actitud enérgica a la hora de encausar la disciplina en los cadetes, siempre guiándolos y enseñándoles las labores básicas de un militar a través del ejemplo”-.

Autor
Comunicaciones Estratégicas EMAVI

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