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“El destino no quiso que nos separáramos y hoy los dos prestamos servicio en la Fuerza Aérea Colombiana”

Han estado juntos desde el vientre de su madre y llevan 20 años compartiendo su vida, nunca se han separado, desde pequeños los vestían iguales, estudiaron en el mismo colegio, el mismo salón y hoy hacen parte del segundo contingente de 2019, ingresaron al tiempo a la Fuerza Aérea Colombiana para prestar su servicio militar y creen que no es cuestión de suerte, sino que el destino no los quiere separar.

Ellos son los gemelos Zapata Ríos Juan David y Juan Manuel, los menores de cuatro hermanos, los consentidos de la casa, quienes dejaron a su familia, sus amigos y juegos para crecer y asumir mayores responsabilidades como soldados de aviación, nacieron en Medellín y actualmente prestan su servicio a la patria desde el Comando Aéreo de Combate No. 5, ubicado en Rionegro, Antioquia.

“Cuando uno ingresa aquí, pues está solo, todo el mundo es desconocido, uno no habla con nadie y claro la vida cambia, empezar a recibir órdenes, estar de guardia, es difícil cuando uno está recién llegado, uno tiene compañeros, pero no hay nada como tener a mi hermano conmigo, eso lo mejor, esa parte es muy motivadora para los dos”, afirmó Juan Manuel.

Comparten casi que los mismos gustos, por la comida; su favorita es la lasaña, en música prefieren el rock, básicos a la hora de decidir los colores; blanco y negro y aunque son muy parecidos, su personalidad es diferente, el genio y hasta la moda, uno clásico, el otro urbano, uno impaciente, el otro calmado, sin embargo, se visten de uniforme camuflado y logran confundir a quienes tienen alrededor y además de la sangre y el apellido, los une el gusto por la aviación, por eso decidieron entrar al equipo azul.

Pertenecen al Grupo de Seguridad y Defensa de Bases del CACOM-5 y prestando su servicio, por demostrar buena conducta y disciplina, los escogieron para hacer el curso de manejador y/o guía canino, encargados del cuidado y entrenamiento de los perritos de la Base Aérea.

“Cuando nos dijeron a los dos que íbamos a estar en la sección canina, fue una alegría muy grande, porque imagínese, prestando servicio y ahora también en el mismo curso para manejar los caninos, eso es muy gratificante porque estamos pendientes uno del otro y nos damos ánimo, si yo veo que mi hermano la pasa mal también me pongo mal y esa parte si es complicada pero es un apoyo muy grande tener la familia al lado”, expresó Juan David.

Lo mejor de tener un hermano aquí en la Fuerza Aérea es que nos podemos apoyar, con toda la confianza nos podemos contar lo que nos pasa, somos confidentes y nos ayudamos, ‘la moral de él soy yo y obvio mi moral es él’, a veces regañan a uno y el otro no sabe por qué, los superiores nos confunden o cuando alguno comete un error el otro está ahí para apoyarlo, dicen que cuando hay hermanos gemelos uno es malo y el otro es bueno, pero eso no es así, solo que el carácter si es diferente, con voz muy firme dice uno de los gemelos defendiendo a su ‘código’ como se suelen llamar dentro del argot militar de la Institución, al referirse a su compañero y hermano de sangre y de armas.

Estar dentro de la Fuerza Aérea les brindó muchas oportunidades, aprendieron nuevas cosas, crecieron como seres humanos y les abrió la puerta para el futuro que quiere cada uno, Juan David piensa seguir la carrera militar y como hicieron parte de los guías caninos, Juan Manuel afianzó su relación con los animales y decidió que cuando termine su servicio estudiará medicina veterinaria.

Les llegará el momento de separarse por cuestiones profesionales, pero sean cosas del destino o no, su Fuerza Aérea también los mantuvo unidos y hoy les agradece por prestar su servicio a la patria, por defender con orgullo la bandera y por decir con ahínco “ser soldado tuyo es la mayor de mis glorias”.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM No.5

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