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Un llamado al servicio de Colombia

El señor Oficial Mario Andrés Espinosa González es un piloto destacado de la Fuerza Aérea Colombiana. Durante 16 años ha puesto al servicio de la Nación sus destrezas, profesionalismo y creatividad para cumplir con la misión constitucional en diferentes tipos de misiones aéreas de instrucción, entrenamiento, vigilancia y reconocimiento vial, entre otros. Su comprometida labor le ha permitido conquistar los cielos colombianos en múltiples facetas tanto de carácter operacional como en su vida académica y laboral.

El Mayor Espinosa es Licenciado en Lenguas Modernas, Administrador Aeronáutico y se encuentra cursando una Maestría en Ciencias Militares Aeronáuticas, fortaleciendo así, sus capacidades académicas para ponerlas al servicio de los colombianos, a la vez participa de operaciones diurnas y nocturnas en defensa de la soberanía nacional. Al preguntarle por la facilidad para alcanzar cada propósito manifiesta que nada es fácil, que sólo la entrega absoluta, sacrificio y perseverancia permiten conseguir lo deseado.

Se identifica con una frase: “El esfuerzo y la disciplina al final siempre van a dar fruto, sólo hay que ser paciente y esperar a que todo llegue a su debido momento”.

El inicio de un proyecto de vida

La vida militar llegó a su proyecto de vida en un viaje que realizó a la ciudad de Bogotá donde el destino lo cruzaría con un anuncio publicitario que invitaba a los jóvenes colombianos a incorporarse a la institución aérea para recibir formación como pilotos, y desde los cielos, proteger el territorio nacional. Era el año 2000 y emocionado con la idea, regresó a su natal Neiva para contarle los planes a su madre, quien apoyó de inmediato este reto que su único hijo quería emprender.

Tras aprobar con superioridad las diferentes etapas del proceso de incorporación, el entonces joven de 19 años, aseguró su cupo en la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suárez” pasando a ser parte del curso 77. Como ‘Cadete’ de primer año, afianzó su sueño de volar al observar la llegada de los cruceros de los Alféreces que realizaron una revista aérea sobre la escuela. Impresionado preguntó a uno de sus compañeros por el tipo de aeronaves que acaban de aterrizar, la respuesta fue “es un T37 y sólo lo vuelan los mejores, a usted le tocaría llegar al grado de brigadier y ser de los más antiguos”. El Mayor Espinosa relata que presenciar semejante espectáculo aéreo lo retó a estudiar fuertemente para alcanzar esa meta, y sí, efectivamente su sueño se cumplió: no sólo se graduó como piloto en el T37 sino que su instructor fue el mismo piloto que sobrevoló los cielos caleños, regalándole en aquellos años de inicio en la vida militar, una revista aérea que, como si fuese un mensaje subliminal, le confirmó su sueño de llegar a las alturas.

La fusión de dos pasiones

En su carrera como oficial ha cumplido muchos sueños, conquistado con dedicación sus metas, pero las más significativas son el lograr conseguir las alas de piloto militar y ser instructor del equipo T27 ‘Tucano’, continuando con un legado familiar que le permite entregar su conocimiento para ser parte de la realización de los proyectos de vida de otros. Sus progenitores se dedicaban a la enseñanza, y aunque su padre falleció cuando tan sólo tenía 9 años, algo que marcó la vida del Mayor, fue escuchar como los estudiantes de su papá siempre se referían a él como “maestro de maestros”, “debido a su larga trayectoria en la docencia, muchos de sus estudiantes se convirtieron en sus colegas y quienes tuvieron la oportunidad de formarse con él, afirman que marcó el destino de cada nuevo educador”, afirma con orgullo el Oficial.

Siendo Subteniente de cuarto año, al Mayor Espinosa se le dio la oportunidad de ser instructor después de recibir un curso en el avión Cessna 182 Skylane, una aeronave que, para ese entonces, recién adquiría la Fuerza Aérea Colombiana para la defensa aérea, reconocimiento, patrullaje de fronteras y ubicación de pistas ilegales. Al ser parte de los dos primeros pilotos que recibieron ese avión asumió el reto de la implementación y creación de la escuela del equipo en el Grupo Aéreo del Oriente-GAORI en el Vichada, fundando y planeando con excelencia el plan de trabajo.

“Si mi padre fue 'maestro de maestros' yo quiero ser 'instructor de instructores'”, señala con añoranza el oficial. ¡Y sí que pudo conseguirlo!

Manifiesta que le encanta entrar al aula, tomar su marcador y borrador para comenzar a impartir sus clases, brindando sus conocimientos con los alumnos de vuelo. Al preguntarle ¿cómo lo definirían sus alumnos? Sonríe y expresa que tal vez algunas de las respuestas podrían ser estricto, abnegado a su labor y responsable.

Con agrado manifiesta que lo más gratificante para él en el campo de la enseñanza, es ver la realización personal, profesional y laboral de sus alumnos, más aún cuando se reencuentra con sus aprendices convertidos ahora en instructores, siguiendo el ejemplo fundado en su hogar por su padre.

Una carrera llena de oportunidades

En el año 2013, el Oficial se inscribió en una convocatoria que la institución abrió para participar del curso de aeronaves remotamente tripulada en el extranjero. La hoja de vida que reportaba el entonces Teniente Espinosa, hizo que su solicitud fuera aprobada, motivo por el cual, emprendió un nuevo reto; durante 6 meses fue capacitado en un país de Medio Oriente y al retornar a Colombia presentó un nuevo proyecto para la creación de las escuelas avanzadas en equipos de su especialidad.

Sus logros han estado enmarcados en la constancia, paciencia, responsabilidad para cumplir a cabalidad sus funciones, sus insaciables ganas de aprender, actualizarse y orientar cada esfuerzo a resultados materializados en cada meta alcanzada y reconocida, como lo fue su más reciente nominación al Premio a La Excelencia y Liderazgo Militar de la institución, una distinción que solo quienes dan lo mejor de sí, alcanzan.

El oficial no solo se destaca en la parte de instrucción y vuelo, en su tiempo libre disfruta de la fotografía y la escritura, motivo por el cual es colaborador de la Revista Taktika, Arte y Ciencia del Poder Aéreo, realizando en el año 2015 la Portada de la Edición No. 11; en el 2018, generó contenido para la Revista Aeronáutica de la Institución y realizó una investigación que resultó en la recopilación fotográfica de la historia del CACOM2, Unidad a la que pertenece actualmente.

Su amor por la doctrina aérea lo llevó a implementar de forma digital las listas de chequeo de procedimientos normales del equipo T27 que luego harían parte del EFB (Electronic Flight Bag). Su experiencia en aeronaves remotamente tripuladas lo hicieron parte de un equipo de desarrollo con el que la Fuerza Aérea Colombiana pretende fabricar nuevos dispositivos para fortalecer las capacidades institucionales, pero esto será motivo de otra historia de las muchas que el Mayor Espinosa pretende seguir escribiendo mientras dedica su vida al servicio del país.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM 2

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