Un soldado del aire que cruza fronteras e inspira a servir
La historia del Soldado Regular Mora Luna Yair Estiven es ejemplo de vocación, servicio y valentía. Nacido en Túquerres, Nariño, muy cerca de la frontera con Ecuador, se incorporó para prestar su servicio militar en la Fuerza Aeroespacial Colombiana, motivado por su deseo de servir a la Nación. Se trasladó desde su tierra natal hasta la Escuela Militar de Aviación, en Cali, para materializar su sueño, donde, desde el primer día, el cumplimiento del deber y el principio del espíritu de cuerpo se convirtieron en parte de su ser.
Trasladado a la ciudad de Villavicencio, al Comando Aéreo de Combate No. 2 (CACOM 2), vivió su proceso de instrucción básica militar. En esta etapa fue reconocido por su disciplina, compromiso y desempeño, valores que fueron evidenciados por todos sus compañeros desde su incorporación al cuarto contingente del año 2024. Su juramento de bandera fue realizado con orgullo, siendo recordado por su profundo sentido de pertenencia y respeto hacia la Institución.
Destinado al Grupo Aéreo del Oriente (GAORI), en Marandúa, Vichada, fue recibido y asignado a la Escuadrilla de Seguridad. En esta Unidad Militar Aérea fue enfrentado a condiciones exigentes propias del llano colombiano, las cuales fueron asumidas con entereza y vocación. Su participación fue destacada en la vigilancia de los sectores asignados, especialmente en el sector Bravo, donde siempre fue ejemplo de buenas prácticas, proactividad y dedicación para el personal de soldados, suboficiales y oficiales.
Durante su permanencia fue fortalecida su formación en liderazgo, disciplina y trabajo en equipo. Fue reconocido por el Comando de la Unidad mediante una mención honorífica, con la cual fue exaltada su conducta ejemplar y el compromiso demostrado en el cumplimiento de la misión institucional.
Con su despedida y licenciamiento fue reafirmado el compromiso de la Fuerza Aeroespacial Colombiana con la formación de hombres y mujeres íntegros, inspirados en los valores de honor, valor, compromiso y servicio a la Nación. El Soldado Mora Luna cruzó fronteras desde Nariño hasta Vichada y demostró su valentía al defender la soberanía desde uno de los lugares más apartados del país. Su historia hoy se convierte en ejemplo para una nueva generación de jóvenes colombianos y en una invitación para quienes desean servir a su país y proteger la vida desde el aire, el espacio y el ciberespacio.