Difíciles momentos, atraviesan los habitantes del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, luego del paso del huracán ETA y posteriormente del huracán IOTA que dejó un daño significativo en la isla de Providencia, donde el 98% de las viviendas quedaron destruidas. Una tragedia que, como colombianos, nunca pensamos que viviríamos.