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Una vocación de servicio, esa es mi razón de ser en la Fuerza Aérea

“Me siento orgulloso de pertenecer a la Fuerza Aérea Colombiana, si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo volvería a ser militar, Suboficial y Controlador de Tránsito Aéreo de mi Fuerza Aérea, es una pasión que llevo conmigo y disfruto mucho lo que hago a diario”, son las palabras del Técnico Primero Christian García Bermeo quien lleva 20 años al servicio en la Institución.

“Estaba destinado para pertenecer a la Fuerza Aérea Colombiana”, menciona Christian, con una sonrisa en su rostro, aquella anécdota que desde niño marcó su proyecto de vida, donde a través de una hoja y crayolas plasmó lo que sería su futuro, un avión.

García, es Jefe de Tránsito Aéreo de la Escuadrilla de Navegación Aérea del Grupo Aéreo del Oriente; pertenece del curso Nº 75 de Suboficiales de su Fuerza Aérea Colombiana; oriundo de Cali y un apasionado por los aviones, sabía desde pequeño cuál iba a ser su futuro.

Se incorporó a la Fuerza Aérea el 17 de enero de 2001, luego de tres años finaliza su paso por la escuela de Suboficiales "CT. Andrés María Díaz” de Madrid- Cundinamarca, siendo destinado para el Comando Aéreo de Combate Nº 6 en Tres Esquinas- Caquetá, llevando en cada una de sus maletas nuevas ilusiones y metas por cumplir.

Luego de diferentes experiencias aprendió a tener unos buenos hábitos y costumbres en su vida laboral, dice que se adaptó fácilmente a la vida militar; su formación como Controlador de Tránsito Aéreo la obtuvo en la Escuela Militar de Aviación- “Marco Fidel Suárez”, donde la afluencia de tránsito es muy concurrida.

“Trabajé en la Casa Militar al servicio de la Presidencia de la República como controlador aéreo, esto fue algo que marcó mi vida, una oportunidad en donde pude crecer como ser humano, como persona, además de la responsabilidad que tenía” dice Christian, que este ha sido una de los momentos más significativos de su carrera como militar.

Un hombre de retos, se ha caracterizado por marcar la vida de las personas de manera positiva, dejando huella donde quiera que pase, así se describe el caleño quien enfatiza en la calidad humana y la conexión que se debe tener como militar, es una esencia que no puede perder.

A pesar de sacrificar algunos momentos especiales con su familia, dice que ellos se sienten muy orgullosos del trabajo que hace y que ha valido la pena porque son su apoyo constante en cada paso que da, los tiene presentes y son su motivo para seguir adelante.

Se propuso en un momento de su vida no conformarse con una carrera tecnológica, y en 2012 se gradúo como abogado de la Universidad Libre, ha sido un logro para su vida con esfuerzo, sacrificio y dedicación, considerando las oportunidades que le ha traído este triunfo a su carrera militar.

“Ser militar implica vocación de servicio; el buen militar se lleva en el interior, sirviendo a los demás sin esperar nada a cambio, renunciando a muchas cosas con el ánimo de servir a nuestro país y es gratificante reflejar el ser humano que hay en cada uno de nosotros detrás de este camuflado”, dice Christian.

En la actualidad lidera un equipo de jóvenes, siendo un papá para 11 Suboficiales que tiene a su cargo, contribuyendo no solo en la parte administrativa y operativa sino que a su vez representa una guía para ayudarlos a crecer profesionalmente llegando así a la excelencia.

Ahora, espera volver a radicarse con su familia, teniendo en cuenta que sus papás y su esposa lo esperan con ansias en su ciudad natal; además se propuso seguir marcando positivamente la vida de su mamá quien tiene inconvenientes de salud, desea estar cerca de ella para poder retribuirle todo su esfuerzo y dedicación en su juventud.

Autor
Subteniente Alexandra Quintero Fonseca

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