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Palabras del Presidente Juan Manuel Santos durante la celebración del aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC)

Bogotá, 2 dic (SIG). “Qué bueno estar aquí en esta celebración del Día de la Fuerza Aérea. Es la segunda vez que asisto a esta ceremonia como Presidente de la República.

El año pasado por esta época hicimos una ceremonia parecida. Y mucho ha sucedido en este último año y en estos últimos años. Mucho ha sucedido para el bien de la patria y donde la Fuerza Aérea ha jugado un papel determinante.

‘Somos la Fuerza’, es el lema del General Tito Pinilla. ‘Somos la Fuerza’, y lo están demostrando con resultados, con acciones, con actitudes, con carácter.

Ayer no más sucedió algo muy importante. Esta semana ha sucedido algo muy importante para el país. Hace tres días vino una delegación de la OECD, encabezada por el Secretario Adjunto de esa organización. La OECD, como ustedes me han oído decir muchas veces, es esa institución que reúne a los países con las mejores prácticas, con las mejores políticas públicas del mundo entero. Y nosotros nos propusimos en un reto muy ambicioso, desde el primer día de Gobierno, de entrar a esa institución.

Pero no es fácil. Tienen unos requisitos muy difíciles de cumplir. Y ese es un proceso lento que se hace poco a poco, demostrándoles a los funcionarios y a los países miembros de esa organización que el país es capaz de poner en marcha un proceso de mejoramiento continuo, y que está poniendo en marcha políticas públicas que están a la altura de las mejores del mundo.

Y llegó la delegación para invitarnos formalmente a hacer parte de tres de las comisiones de esa institución: la comisión de competencia, la comisión de inversiones y la comisión de lucha contra la corrupción.

Eso quiere decir que ya cumplimos con unos requisitos mínimos para que nos inviten a hacer parte de esas comisiones. Una noticia muy importante para el país.

Pero en ese mismo espíritu, el día de ayer se celebró un examen también muy riguroso, y en ese caso el examen se le hizo a nuestra Fuerza Aérea: resulta que en Las Vegas se celebra un concurso, una competencia, de las mejores fuerzas aéreas del mundo entero. Los escuadrones de combate de esas fuerzas aéreas son invitados a concursar en esa competencia.

Pero no todo el mundo puede ir. Tiene que cumplir con unos requisitos mínimos para ser aceptado en la competencia. Se llama Red Flag.

Resulta que por primera vez en la historia de la Fuerza Aérea Colombiana, la Fuerza Aérea fue invitada a concursar en esa competencia. Pero antes tenía que pasar por los exámenes. Y aquí estuvieron los oficiales haciéndole el examen a la Fuerza Aérea. Y el resultado, y no me sorprende, de ese examen, en todos sus frentes, la calificación que le dieron a la Fuerza Aérea Colombiana, fue sobresaliente.

Entramos a competir ya con los grandes, y entramos por la puerta grande, como una Fuerza Aérea respetada y respetable, como una Fuerza Aérea admirada por todo el continente, como me consta cada vez que voy a cualquier país.

Me dicen: ustedes tienen unas Fuerzas Militares ejemplares, una Fuerza Aérea de mostrar, una Fuerza Aérea de lujo. Y eso, como Comandante Supremo, me llena de orgullo. Y estoy seguro de que van a hacer un papel muy importante, muy decoroso, en esa competencia.

Pero eso no es una simple coincidencia. Eso es producto de un trabajo, de un entrenamiento que lleva muchos años, que lleva muchas décadas. Es un trabajo en equipo, porque una institución no se hace de la noche a la mañana. Una institución se va creando poco a poco. Pero diría que en los últimos años la Fuerza Aérea ha logrado dar un salto cualitativo muy importante, como institución, como Fuerza Aérea.

Recuerdo muy bien: finales de julio del año 2006. Tuvimos una reunión que diría que cambió la historia de nuestro enfrentamiento con las Farc y que a partir de ese momento comenzó la debacle de esa organización.

Fue una reunión que tuvimos precisamente en el Club de la Fuerza Aérea, los oficiales de inteligencia, los oficiales encargados de las operaciones y los comandantes de las fuerzas.

Estaba ahí el General Naranjo, quien en ese momento era Director de la Dijin, y estaba el General Pinilla, quien en ese momento era Director de Inteligencia de la Fuerza Aérea.

¿Qué fue lo que hicimos en esa reunión? Analizamos por qué las operaciones se estaban demorando tanto después de recibir la inteligencia. Fue un análisis muy concienzudo, muy bien hecho, que comenzó a cambiar la inteligencia y las operaciones.

Y a partir de ese momento, a partir de esa reunión, a partir de los cambios que surgieron de esa reunión, en el Club de la Fuerza Aérea, comenzaron a caer, uno tras otro, los comandantes, los jefes de las Farc, miembros del secretariado, comandantes de unos frentes que hasta ese momento habían sido considerados inalcanzables.

Y también en forma paralela, con el Viceministro de esa época, hoy Ministro de Defensa (Juan Carlos Pinzón), iniciamos un proceso de adquisición de material, de fortalecimiento de nuestras fuerzas, y a la Fuerza Aérea le correspondió una parte muy importante.

Creo que nunca en su historia, en los últimos años, se han adquirido tantos aviones, aviones de transporte, aviones de combate, aviones multipropósito, aviones de inteligencia.

Pero al mismo tiempo, le pusimos mucha atención al entrenamiento, al respeto por los derechos humanos, a la disciplina, a la educación, al capital humano, que es lo más importante de cualquier institución.

Y ahí están los resultados para mostrar. Esa debacle de las Farc, que comenzó en esa reunión en el Club de la Fuerza Aérea, se ha venido demostrando con resultados concretos, un resultado detrás de otro.

No voy a repetir todos esos resultados que ha obtenido nuestra Fuerza Pública, y donde la Fuerza Aérea ha cumplido un papel fundamental. Lo que sí quiero resaltar es el papel de la Fuerza Aérea precisamente. Porque en todos esos resultados, la Fuerza Aérea ha estado participando y cada vez con más efectividad.

Podría decir que si no es por la Fuerza Aérea, esos resultados no se hubieran presentado en la forma como se presentaron. Por eso los felicito de todo corazón. Ustedes son parte importantísima de ese cambio tan positivo que estamos viviendo en el país.

Todos los días nos están señalando como una nación en progreso, como una estrella en ascenso. Las cifras económicas, que les dan bienestar a nuestros compatriotas, la cifra de desempleo, la más baja en los últimos 15 años; la cifra de homicidios, la más baja en los últimos 32 años; la cifra de inversión extranjera, la más alta en la historia de Colombia; la cifra de exportaciones, la más alta en nuestra historia. Y podría seguir con esa lista.

Todos, todos esos avances se deben al esfuerzo de nuestras Fuerzas Militares, de nuestra Policía, y donde la Fuerza Aérea ha jugado un papel determinante.

Por eso el reconocimiento de todo el pueblo colombiano por nuestras Fuerzas Armadas. A donde van los aplauden, a donde van los saludan, a donde van les muestran su agradecimiento. Y con razón, porque, como lo hemos dicho durante tantas veces, la seguridad es la base del progreso. Sobre la seguridad se construye el bienestar y la prosperidad para todos.

Con el General Pinilla he tenido el privilegio de trabajar desde el primer momento en que fui designado Ministro de Defensa, y luego, por supuesto, como Presidente.

Tiene la Fuerza Aérea un gran Comandante, un Comandante que sabe de inteligencia, que sabe de operaciones. Un Comandante que sabe de disciplina, un Comandante que defiende los derechos humanos, un Comandante que da resultados.

Ahora, cuando volaban los aviones por encima, me decían que uno de sus hijos allá estaba allá piloteando uno de los aviones. Qué orgullo deben sentir sus padres aquí presentes, General, de tener esa familia que le ha dado tanto a este país.

Quiero felicitar muy especialmente a todos los condecorados. Todos los oficiales y suboficiales que hoy condecoramos son merecedores de esas medallas, que es lo único que podemos darles en reconocimiento a su gran labor.

Y en las Fuerzas Armadas eso es lo más importante, porque ese servicio a la patria no espera recompensas monetarias, no espera recompensas materiales. Es una recompensa al honor militar, al honor policial, al honor como colombiano. Y esas condecoraciones lo que hacen es hacer ese reconocimiento.

Quiero agradecerle también a la Fuerza Aérea un detalle personal, el Mayor Yasuji Imai ha sido hasta ahora mi edecán durante mis días de Presidente de la República. Y como es costumbre y como debe ser, él tiene que seguir progresando durante su carrera en la Fuerza Aérea. Deja de ser mi edecán y pasa a tener otras responsabilidades, pero lo que quiero decir es que ha sido un edecán impecable. ¿Y por qué ha sido impecable? Porque ha sido formado en la Fuerza Aérea Colombiana. Gracias, Mayor Imai, por su trabajo, y gracias a la Fuerza Aérea por haberme prestado al Mayor durante estos 15 meses en la Presidencia.

Tenemos que seguir perseverando, tenemos que seguir en ese proceso de mejoramiento continuo. Durante el Ministerio de Defensa, que tuve el honor de ocupar, General Navas, creo que los tres años ganamos la competencia que se hace todos los años en las Américas, de Fuerzas Especiales. Una competencia durísima. Y Colombia aparecía siempre de primero, por encima de Estados Unidos, por encima de Canadá, por encima de Brasil. Y yo me enorgullecía y sacaba pecho.

La última competencia, General Navas, no nos fue tan bien: quedamos de cuarto. Pero el año entrante vamos a ser anfitriones aquí en Colombia, y una de las consignas es que volvamos a ocupar el primer puesto. Y estoy seguro de que lo haremos, porque esa demostración que tuvimos ayer con la Fuerza Aérea, de entrar por la puerta grande y ser comparados con las mejores fuerzas militares del mundo entero, es algo que también debe enorgullecer a todos y cada uno de los miembros de nuestras Fuerzas Armadas.

Nos enorgullece a nosotros, los colombianos, a todos, a los 46 millones de colombianos que aplaudimos y que le damos gracias todos los días a nuestros soldados de tierra, mar y aire, y a nuestros policías, por ese sacrificio constante y permanente, en pro de la paz y en pro de la seguridad de los colombianos

Es por eso que me produce una combinación de coraje y lástima escuchar a personas, como la que escuché esta mañana, diciendo que todavía tienen dudas, por ejemplo, sobre lo que pasó con el vil asesinato de esos cuatro héroes de la patria que asesinaron el sábado pasado. Que todavía hay dudas de que fueron las Farc. Personas obsesionadas con el protagonismo, que salen a dar entrevistas y a poner en manto de duda sobre el comportamiento de nuestras Fuerzas Armadas.

Qué triste. Pero, como lo dije hace dos días, en ese homenaje que hicieron los gremios a las Fuerzas Armadas, los colombianos decimos que no nos crean tan pendejos, que ahí ya sabemos perfectamente quiénes fueron los responsables. Inclusive las Farc ya reconocieron. ¿Cómo es posible que salga una señora, que ocupó posiciones como senadora de la República, a decir que todavía duda de que hayan sido las Farc los asesinos de esos cuatro héroes de la patria?

Como les digo, eso produce coraje, en el sentido español, furia y lástima. Porque es tan inconcebible, que es realmente difícil de entender. Pero el pueblo colombiano sabe muy bien dónde está su corazón y sabe muy bien a quién tiene que agradecerle. Y sabe muy bien que las Fuerzas Armadas de Colombia: el Ejército, la Armada Nacional, la Fuerza Aérea y la Policía son instituciones que merecen de todo su aprecio. Y por eso no en vano aparecen siempre en todas las encuestas como las instituciones más respetadas, más admiradas y más queridas por los colombianos.

Y eso sucede porque se lo merecen. Y por eso hoy, en el Día de la Fuerza Aérea, les vuelvo a decir, como su Comandante Supremo pero también como colombiano, que me siento muy orgulloso, muy orgulloso y muy agradecido, con todos nuestros soldados de tierra, mar y aire, y con todos nuestros policías. Y a la Fuerza Aérea le deseo todo lo mejor. Que sigan cosechando frutos, que ustedes nos enorgullecen. Muchas gracias".

Autor
wsp.presidencia.gov.co

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