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Abrazando el cielo desde las alturas

Desde que ingresé a la Fuerza Aérea Colombiana siempre supe que quería ser Paracaidista Militar, 22 años después sigo pensando que fue la mejor decisión que pude haber tomado y es de las cosas que más disfruto y me llenan de vida; así lo afirmó el Técnico Subjefe Juan Diego Soto Alzate de la Especialidad de Seguridad y Defensa de Bases Aéreas.

Este pereirano, intrépido y decidido, felizmente casado y con dos hermosos hijos, Juanita de 13 años y Miguel de 7 años; a surcado el cielo cientos de veces con la firme convicción de amar lo que hace y disfrutar cada día de las oportunidades que su Fuerza Aérea Colombiana le ha brindado.

Asegura que no ha sido un camino fácil, pero si lleno de glorias, ya que la satisfacción que siente cada vez que aterriza con su paracaídas no la cambia por nada del mundo. Cada salto es pensado meticulosamente, estudiado y fundamentado en los reglamentos y normas que exige la Institución para este tipo de maniobras.

“Ser paracaidista es un orgullo para mí, no solo por lo que me ha permitido experimentar sino también por todas las capacidades y destrezas que he adquirido y desarrollado. Ha sido todo un proceso de aprendizaje, en donde la disciplina, la fuerza física y mental y la ardua preparación me han acompañado desde que inicié esta maravillosa aventura. Hoy puedo decir con orgullo que formo parte del Equipo Águila de Gules de la Fuerza Aérea Colombiana” manifestó el Técnico Subjefe.

El Técnico Subjefe es paracaidista de salto libre pero también es rescatista, lancero y se ha desenvuelto en diferentes tareas relacionadas con operaciones especiales, ha desarrollado cursos de contraguerrilla y con la Armada Nacional efectuó el curso de “Medusa”.

Inicialmente realizó el curso de Paracaidismo en Línea Estática, estando en la ACOEA; Agrupación de Comandos Especiales Aéreos, hoy en día Escuadrón de Comando Especiales Aéreos; en donde se le presentó la oportunidad de realizar el Curso de Caída Libre, encaminado a la realización de Operaciones Especiales.

Recibir un paracaídas enredado es uno de los retos a los que deben enfrentarse en la etapa inicial de esta preparación, es necesario e indispensable que el alumno aprenda a empacar su paracaídas en el menor tiempo posible, además que conozca cada una de sus partes; es un proceso que requiere tiempo y mucho cuidado ya que de él depende la eficacia y efectividad en las maniobras que se realicen.

El curso de Paracaidismo Militar Modalidad Línea Estática o Salto Libre tiene diferentes fases, tanto teóricas como prácticas; algunas enfocadas en los aterrizajes y las caídas, conocimiento de las normas y reglamentaciones, procedimientos de emergencia, entrenamiento físico, identificación de señales, comprensión de la altura, visualización del punto de aterrizaje, mantenimiento del rumbo, tener en cuenta los conteos, aprender hábilmente a salir y saltar de las aeronaves para evitar riesgos, estabilidad en el manejo del cuerpo, la cabeza, las manos y los pies.

Por esto es que los Paracaidistas Militares desarrollan diferentes habilidades, destrezas y fortalezas, son más seguros de sí mismos, tienen arrojo, valor y mucha responsabilidad. Ellos mantienen activos y en todo momento sus cinco sentidos, siguen paso a paso todos los procedimientos; fallar no está dentro de sus opciones, poseen una condición física admirable y un estado mental fuerte, son personas exigentes y rigurosas que acatan puntualmente las normas y conscientemente miden sus riesgos.

“Cuando salto siento una sensación de libertad, plenitud, tranquilidad pero también de adrenalina, mucha energía. Flotar en el aire es una sensación única”. Expresó el Suboficial.

Que el susto no se convierta en miedo para evitar imprudencias o hacer las cosas mal, es consigna permanente en sus vidas, no pueden evitar que su corazón se acelere más de lo normal pero si pueden hacer las cosas con total y plena tranquilidad confiando en sus conocimientos y capacidades.

“Mi esposa siempre supo que el paracaidismo es primordial en mi vida y está por delante de muchas cosas; lo amo tanto como a ella, el apoyo de mi familia ha sido fundamental, ellos son quienes me llenan de fuerza y vitalidad. He disfrutado cada salto, ser Paracaidista no es sencillo, si fuera fácil todo el mundo lo haría, el que sea difícil es lo que realmente lo hace importante para mí”. Concluyó Soto.

Este admirable Suboficial ha celebrado hasta sus cumpleaños saltando, es orgullo, ejemplo e inspiración de su hijo, quien sueña algún día con saltar al lado de su padre y ser un gran Paracaidista Militar.

Por: Teniente María Eugenia Castaño Garcés

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM 4

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