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Entrega de espadas y bastones de mando a Brigadieres Generales y Coroneles de la Fuerza Aérea Colombiana

En un imponente acto realizado en el Club de Oficiales de la Fuerza Aérea, un grupo de Brigadieres Generales y cinco Coroneles de la Institución, recibieron la espada y el Bastón de Mando, símbolos que enaltecen a quienes los portan, como el más sublime de los compromisos que cada uno de ellos tiene con la Patria y la Nación.

Después de más de 30 años al servicio de la Fuerza, los altos Oficiales reciben este símbolo del mando, del honor y que reconoce además a aquellos, quienes con una vocación de entrega sin límites, han decidido trabajar día a día en pro de la seguridad y bienestar de los Colombianos, desde la noble carrera de las armas.

La entrega la realizó el señor General Ramsés Rueda Rueda, Comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, como símbolo de liderazgo y autoridad ante quienes tendrán la inmensa responsabilidad de dirigir la Institución.

La espada con secciones doradas y plateadas en fina armonía, el reflejo del metal en la que está elaborada su hoja, describe al líder que recibe un alto encargo, el título de General de la Repùblica en letras doradas, acompaña una parte de su hoja, mientras que en el costado opuesto, se lee Fuerza Aérea Colombiana. En ella también reposa el concepto del águila arpía, una importante pieza que destaca, en esta ave rapaz, su versatilidad, maniobra y precisión, a la luz de su actitud con mirada certera, cualidades que debe identificar a quienes decidieron jurar lealtad a la Patria; ella sobresale en la empuñadura, y su plumaje se confunde con laureadas figuras que preservan el escudo institucional.

El Bastón de Mando en su punta, en estructura metálica señala el inicio de la carrera militar, al observarla de frente se precisa la exactitud de una estrella, la estrella de Subteniente; en el ascenso hacia la anhelada meta, el tono oscuro del ébano le proporciona fortaleza y solidez, seguido del vigente, emblemático y sublime escudo, leyéndose “Sic Itur Ad Astra”. Al fijar la mirada en las imperfectas plumas que coronan la majestuosa águila arpía, como analogía del ser humano y su innata imperfección, representa la condición de buscar la autenticidad, el mejoramiento y el cimentar, con sencillez y nobleza, el trabajo en equipo.

Autor
Oficina de Comunicaciones Estratégicas FAC

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