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Esther: La proeza de veintitrés años en la Fuerza Aérea Colombiana

Esther Julia Marín Hincapié, nació el 22 de diciembre de 1973 en Cali, donde creció en familia, finalizó el bachillerato y posteriormente cursó estudios en secretariado bilingüe. Cuando faltaban pocos meses para terminar su carrera, Esther, inicia la búsqueda de una oferta laboral que la lleva a conocer la Fuerza Aérea Colombiana; aunque en su ciudad natal desde 1933 se fundó la Base Aérea Marco Fidel Suárez, no tenía conocimiento de la Institución, así que se convirtió en un nuevo reto para enfrentar.

Fue así como se presenta a una convocatoria para desempeñarse en cargos públicos administrativos de la Fuerza Aérea y es elegida para ejercer un puesto acorde a su formación académica como secretaria, aquí empezó su vida laboral a los 22 años. Desde 1996 se vincula entonces a la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suárez”-EMAVI-, “la mini ciudad”, para ella, en donde hay desde panadería, lavandería, zonas verdes, restaurantes, hasta entidades bancarias.

Luego de estar 17 años en EMAVI, se crea el Comando Aéreo de Combate N°7-CACOM 7- en el 2013, a donde es trasladada. Durante los primeros meses, desempeñó un papel muy importante debido a la falta de personal que en ese momento presentaba el nuevo Comando, se hizo responsable de tres cargos, lo que permitió (con las diferentes actividades y necesidades), el óptimo funcionamiento de la Unidad; aunque históricamente estas actividades están catalogadas como femeninas y son obviadas, sin ellas no sería posible, en diversos entornos, cumplir con los requerimientos administrativos. La labor de Esther fue y es fundamental para el CACOM7.

Desde allí se convierte en la mano derecha de los diferentes oficiales que toman el liderazgo como comandantes. Bien dice el poeta francés, Alphonse de Lamartine: “Siempre hay una mujer al principio de todas las grandes cosas”. Son 23 años al servicio de la Institución, cargados de historias, amigos y buenos momentos, entre ellos conocer a su esposo.

Su trayectoria dentro de la Fuerza Aérea le ha permitido crecer laboral y personalmente, ha trabajado con personas íntegras, de las cuales ha aprendido y a quienes a brindando también sus conocimientos, además ha compartido su lado más humano a quien lo ha necesitado.

Para esta caleña, su trabajo solo le ha dado cosas buenas, recuerda con alegría un viaje a Estados Unidos, que ganó su pareja al concursar por una comisión en ACOFA, la Agencia de Compras de la Fuerza Aérea. Con esta oportunidad, estuvieron un año fuera de Colombia, una experiencia única en la que pudo aprender de otra cultura y compartir el cien por ciento del tiempo con su hija, quien en ese entonces tenía dos años.

Es una mujer dedicada, responsable y proactiva, se caracteriza por la búsqueda de acciones y procedimientos que ayuden a mejorar el trámite y el cumplimiento de las labores que se le asignan y de esta manera, tener un resultado eficaz y oportuno. Dentro de la Institución ha aprendido a trabajar bajo principios y valores, adquiridos desde casa, pero que se han fortalecido con la experiencia. Gracias a todo lo que ha vivido, con voz firme y convicción, Esther dice: “Si me dieran la oportunidad de volver a ingresar a la Fuerza Aérea Colombiana, sin duda, lo haría. Aquí hice mi vida laboral, conocí el amor de mi vida y por ello hoy tengo una familia, tuve el privilegio de conocer la Fuerza Pública directamente y ver más allá de lo que el ciudadano ve afuera. La Fuerza Aérea también es mi familia”.

Esther reconoce el sacrificio que las Fuerzas Militares hacen día a día, de manera personal ha sentido la pérdida de amigos que han dado su vida en el cumplimiento de la misión, por eso, admira el amor, la pasión, la disciplina y la valentía de quienes trabajan por la seguridad de todo un país.

Es actualmente, una de las mujeres del personal civil que lleva más tiempo en la Base Aérea “Marco Fidel Suárez”, la mitad de su vida ha estado al servicio de una Institución que admira, aportando desde el desarrollo de sus actividades administrativas al cumplimiento de la misión. Se siente reconfortada al saber que, mediante su labor, aporta un porcentaje al bienestar de Colombia. El tiempo pasó volando, pero ella sigue comprometida y amando lo que hace.

Sus compañeros de trabajo y el personal militar la admiran por ser una mujer comprometida, dedicada, respetuosa, por su carisma y nobleza, por estar siempre atenta y con actitud de ayuda cuando alguien la necesita y aun cuando no.

Durante su carrera, la han felicitado constantemente por ser un gran apoyo al Comando, mediante el aporte de sus conocimientos y profesionalismo, cumpliendo funciones adicionales a las de su cargo, prestando apoyo en su tiempo libre y siempre con la mejor disposición. En el 2019 recibió la medalla “Marco Fidel Suárez”, otorgada a quienes se caracterizan por sus cualidades profesionales y servicios eminentes prestados en beneficio de la Fuerza Aérea Colombiana. Sin ser militar, ha servido 23 años al país, su trabajo trae a colación la frase “Sí eliges un trabajo que te guste, no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”.

En unos años, culminará su etapa laboral y se dedicará a su familia y a la formación de su hija. Sabe que recordará con profundo aprecio y amor a todos aquellos compañeros que hicieron parte de su vida, que la apoyaron y guiaron en el camino cuando ingresó a esta “mini ciudad”, como la llama ella, en la que civiles y militares se convierten en una sola familia.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM-7

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