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“Mi vida cambió cuando decidí ser militar de mi Fuerza Aérea”

Alejandra Devia Rivera es oriunda de Villavicencio, egresada de la Universidad Católica de Colombia, hace parte de la especialidad de Derecho y Ciencias Jurídicas perteneciente al Curso Administrativo Nº 41 de Oficiales de su Fuerza Aérea Colombiana; su mamá una leticiana, ama de casa y administradora de su propio negocio y su padre huilense mecánico industrial han llevado la crianza de sus tres hijos con esfuerzo, principios y valores que pudieran aplicar para toda la vida, afirma que su familia es su fortaleza, resiliencia y un pilar fundamental. Las mujeres militares constituyen un papel fundamental ya que representan fortaleza, amor, compromiso y carácter ocupando un espacio en la sociedad de transformación entre las esferas militares y civiles, teniendo que atravesar dificultades que la misma sociedad ha impuesto y que hoy en día revelan la importancia de ellas mismas en el ámbito militar y administrativo. Es así, como Alejandra emocionada de hacer parte y cambiar su estilo de vida se atreve a romper paradigmas en una sociedad donde en la actualidad la templanza de la mujer es vital; un camino nuevo se forjó para ella y sin pensarlo su vida tomó un rumbo diferente en el que cambiaría su forma de pensar y la de su familia. Ha tenido que enfrentarse a diferentes retos en su vida personal y laboral, pero relata que a pesar de las dificultades la enseñanza que esto le ha dejado es una de las cosas que valora dentro de su nuevo rol como militar, y aunque aún en su corta carrera ha logrado evolucionar en su papel como mujer. La Subteniente Devia es una apasionada por el deporte, abogada y la única militar mujer de su familia, conoció la Fuerza Aérea en sus prácticas profesionales y motivada por lo que oía de la Institución decidió realizar el proceso de incorporación como profesional, además de analizar previamente las conductas y/o características que tienen los militares, relata que se sintió identificada por la disciplina, el deporte, la pulcritud algo que se equilibraba con su estilo de vida, lo cual pensó que esta sería una nueva vida como militar. “El significado de pertenecer a esta Institución es valioso, porque no solo es llevar el uniforme, es portar con orgullo el apellido y dar plenitud y felicidad a la familia es algo que no tiene precio, cuando mis papás se refieren a los demás contándoles que soy militar es una de las cosas que me llenan el alma y es muy gratificante servir a los demás, sentir la satisfacción reflejado en una sonrisa”. Recuerda que alguna vez su padre le mencionó que le gustaría que fuera militar y jamás pensó en eso, mientras tanto su mamá siente que ella está a salvo por el entorno en el que se encuentra, un mundo diferente ante la cotidianidad, disfrutando con orgullo el estilo de vida de su hija. Hace parte del Grupo Aéreo del Oriente en Marandúa, Vichada se desempeña como abogada en el Departamento de contratos, se refiere a esta Unidad como su casa en donde ha adquirido su experiencia militar y ha enfrentado nuevos retos; GAORI es sinónimo de naturaleza, amaneceres y atardeceres rojos, la familia y la amistad que ha logrado construir luego de 3 años en la Base Aérea menciona que es lo más valioso de estar lejos de su familia biológica, el valor de las cosas simples que tiene la vida es reflejo de aprendizaje y madurez. Ahora, las expectativas que tiene en su vida es continuar trabajando y sirviendo con amor haciendo lo justo y lo adecuado con su profesión en la Fuerza Aérea, desea fortalecer su segundo idioma y capacitarse para así servir a los demás en el cumplimiento de la misión Institucional.
Autor
ST. Alexandra Quintero

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