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Una mujer apasionada por la aviación

CT. Burgos Cindy, piloto de una aeronave táctica de transporte y carga C-212 del Comando Aéreo de Combate No.7 de la Fuerza Aérea Colombiana

Luego del ingreso de las primeras mujeres pilotos a la Fuerza Aérea Colombiana en el año 1997, se inicia una nueva etapa, que trajo consigo la preparación de siete de ellas en este campo, quienes alcanzaron en el año 2000 las tan anheladas alas de vuelo como piloto militar de la Institución, y así incursionar en el maravilloso mundo de la aviación, teniendo la oportunidad, al igual que los hombres, de comandar aeronaves destinadas a salvaguardar la soberanía de la nación. Es allí donde se abren las puertas para que el personal femenino se motive a descifrar las experiencias que se viven al sobrevolar el cielo azul de nuestro país.

La evolución de este proceso con los años, ha sido significativa por el desempeño de la labor que realizan las mujeres desde cada una de las Unidades Militares que se encuentran desplegadas en todo el territorio nacional, permitiendo visibilizar y dejar en alto el nombre de la Institución, con las capacidades distintivas en las diferentes especialidades y cargos.

Así lo demuestra día a día, la Capitán Cindy Burgos, piloto del Comando Aéreo de Combate No.7 (CACOM-7), una mujer que desde muy pequeña, nace rodeada de un ambiente de mucha disciplina y amor por una gran vocación de servir, nacida en Bogotá, pero saboyana de corazón, debido a que sus padres son oriundos de Saboyá, Boyacá, lugar donde ha compartido gran parte de su tiempo en familia y que ha dejado huella, por sus vivencias y gratos recuerdos, niña que poco a poco fue construyendo lo que sería su amor por la aviación.

Esta valiente mujer, fue criada por dos familias, como lo describe, una de ellas, conformada por su padre, su pareja, quién es considerada como su mamá y dos hermanos, la otra, integrada por sus abuelos y una tía, quién también refleja la figura de una madre para ella, debido a que su madre biológica falleció cuando era muy niña, dos familias que inculcaron con educación, amor y bases necesarias para convertirse en un ejemplo y guía para otras mujeres.

El gran paso de pertenecer a la Fuerza Aérea fue impulsado por uno de sus motores, su padre, quién portó con honor el uniforme hace unos años, de allí su convicción como militar, “Decidí ingresar a la Fuerza Aérea porque mi papá fue militar, pese a que no lo conocí activo en la Institución, siempre me causó curiosidad ver el respeto que infundía en las personas, el trato que tenía con los demás, siempre inculcando en mí, el amor por los símbolos patrios, la belleza de su vocación en la carrera, el honor y el sacrificio con el que se logran las cosas, curiosamente nunca me obligó a que tenía que ser militar, sin embargo, sembró en mí esa semilla y ese amor por esta vida.

Así, ingresa como cadete a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en Cali, al curso 84, el 14 el enero del 2008, donde finalmente culmina su proceso y se gradúa como oficial el primero de diciembre de 2011, para emprender su rumbo, a bordo de la flota de aviones de la Institución aérea. Experiencias que se encontraban llenas de un sinnúmero de sacrificios, jornadas extenuantes, mucho estudio, pero con un incentivo y motivación, el acompañamiento de su padre, quién con cada llamada en esos cuatro años de formación, la impulsaban a continuar escalando un peldaño más, “Ahora al mirar atrás y ver cómo aquellas experiencias, lecciones de vida y de conocimiento contribuyeron día a día al mejoramiento y fortalecimiento continuo de mis competencias; además en este reto encontré algo muy importante, una hermandad muy especial, un apoyo muy grande mis compañeros”.

Su paso por la especialidad de vuelo, la llevó hacer parte de diferentes equipos como T-41, T-37, donde también pudo ser copiloto en una aeronave C-295, piloto comandante de C-337, y en la actualidad, desempeñarse como piloto de una aeronave táctica de transporte y carga, el C-212, perteneciente al Comando Aéreo de Combate No.7, aportando con sus capacidades al cumplimiento de la misión de esta unidad operativa, labor que asume con valentía y total compromiso, afrontando cada uno de sus retos como piloto, esa perseverancia que la llevará a cumplir sus tan anhelados sueños de poder convertirse en comandante de una aeronave C-295, proyección a futuro.

“Como piloto, considero que se debe estudiar mucho y de manera constante, ser muy disciplinados y perseverantes; en muchas ocasiones pensé en desfallecer, pero lo más increíble es tener la satisfacción del deber cumplido, el vencer tus miedos, inseguridades y dudas de sí mismo para luego gritar ¡lo logré!”.

La Capitán Burgos, considera que la Institución le ha dado la oportunidad de romper los estereotipos femeninos, le ha permitido superarse, cumplir sueños y crecer todos los días, a desarrollar sus competencias y las de todas las mujeres que integran la Fuerza Aérea, “En mi opinión el respeto y el buen trato entre sus integrantes hace parte fundamental de la labor que realizamos, encuentro muy inclusivo el trabajo desarrollado y la igualdad de género, no me han hecho sentir diferente o inferior a los hombres, por el contrario he contado con el ejemplo de superiores, compañeros y subalternos que siempre han sido el apoyo que no me ha permitido desfallecer, ni en mi formación como Oficial, ni como piloto militar”.

“Me siento muy orgullosa de ser una de las tantas mujeres que han surcado los cielos de Colombia, siento que puedo llegar a ser un ejemplo para las nuevas generaciones de nuestro país, demostrando que los sueños se cumplen con constancia, perseverancia y dedicación”.

Esta mujer de la Fuerza Aérea, hace parte del selecto grupo de mujeres militares de la Institución, que se destacan por ejercer una de las labores más significativas, al servicio de la sociedad, creciendo cada día a nivel personal y profesional , dejando un legado en las mujeres que desean ser parte de unas de las instituciones más queridas por los colombianos y envía un mensaje muy especial a todas las mujeres, de romper barreras, demostrar que el límite solo lo pone cada persona, que los sueños se pueden lograr con esfuerzo para llegar tan lejos como se pueda, porque cada logro es una satisfacción para construir el futuro.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM-7

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