Dos hermanos unidos por la misma pasión: El paracaidismo militar
En el mundo del paracaidismo militar, saltar no es solo una caída: es un acto de fe, disciplina y amor por la patria, cada salto representa una decisión firme, un compromiso que se renueva en el aire, para los hermanos Antolínez, esta decisión no comenzó en una aeronave, sino en su hogar, al lado de su padre, un Suboficial del Ejército Nacional quien, con su ejemplo, sembró en ellos la vocación del servicio.
Desde pequeños, compartieron el mismo techo, las aulas del mismo colegio y los valores de una crianza orientada al respeto, la fortaleza y la unión, en la Universidad Cooperativa de Colombia fue otro punto de encuentro, en donde el mayor de ellos; Raúl Antolínez, obtuvo el título profesional en Ingeniera de Sistemas y dos años después, el menor egresó como Médico Veterinario, pero su verdadero camino en común comenzó cuando decidieron seguir la ruta del servicio como Oficiales de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Allí, el paracaidismo se convirtió no solo en una disciplina, sino en el símbolo perfecto de su vínculo como hermanos, como soldados y como herederos de un legado de honor.
Raúl Antolínez de grado militar Mayor, lidera la Maestría en Dirección y Gestión de la Seguridad Integral y también hace parte de los Comandos Especiales Aéreos desde el 2009, como paracaidista, su carrera ha sido una constante preparación para afrontar nuevos desafíos y perfeccionar sus habilidades en diferentes entornos operacionales.
El Mayor Wilmer Antolínez, se desempeña como Comandante de la Escuela de Instrucción Canino Militar, ha combinado la ciencia y la empatía con los animales, en el 2011 se convirtió en paracaidista y ya en el 2020 ingresó al equipo de paracaidismo militar “Águila de Gules”, desde entonces ha llevado el estandarte de la Fuerza Aeroespacial Colombiana en competencias y demostraciones, tanto nacionales como internacionales.
“Ha sido una fortuna tener a mi hermano en esta carrera, el paracaidismo nos conecta como hermanos y como soldados, él fue el primero en seguir los pasos de nuestro padre, y esta vocación nos une profundamente”, afirmó el Mayor Wilmer Antolínez.
La historia de estos hermanos más que dos trayectorias individuales, es una misma intención entrelazada por el deseo de servir, por la dedicación, el compromiso y lealtad por Colombia.
El Mayor Raúl Antolínez, lo resume así: “Nuestro padre nos dio una crianza enfocada en la unión y el respeto; hoy más allá del conocimiento, tenemos disposición y actitud para servir”.
En cada salto, estos guerreros reafirman su compromiso con la nación, y en cada misión demuestran que el ser militar es para quienes deciden asumir con honor, preparación e integridad una vida diferente, además son un referente de los profesionales formados en diversas áreas de conocimiento, su historia es un legado que inspira a las nuevas generaciones a creer que el camino del deber siempre está abierto para quienes tienen el valor de recorrerlo.