La ofensiva estratégica contra los Grupos Armados Organizados que delinquen en el Oriente del país, permitió la ubicación y destrucción varias estructuras empleadas como laboratorios para el procesamiento de pasta base de coca, gracias al trabajo conjunto y coordinado del Ejército Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía Nacional, afectando así las economías ilegales de estas organizaciones criminales.