Como pacientes de cuidado extremo y bajo atención de todo un equipo de especialistas fueron tratados durante un año estos 148 individuos.
Exámenes de sangre, de orina, desparasitación y vacunas hicieron parte de los últimos controles antes de ser ‘dados de alta’. Otra parte no menos complicada fue ‘desacostumbrarlos’ a sus cuidadores y que por el contrario le huyeron a los humanos.